martes, 11 de abril de 2017

LA METÁFORA DE LA VIDA





LA METÁFORA DE LA VIDA

Somos agua que fluye hacia un destino cierto.
Pertenecemos al río
que forman las moléculas
de cuanto es materia,
al agua de nuestras ficciones,
a las ondas que traza el azar del camino.
Cada día es afluente en nuestro curso
que nos hace ser más agua cansada
y nos acerca al mar.
Nos vamos convirtiendo en flujos resignados
que siguen las corrientes más propicias.
Entonces recordamos las sonrisas
que erizaron el agua,
corrientes de ternura en momentos difíciles,
los apoyos que fueron esenciales
para evitar las piedras en el lecho del río,
y tal vez olvidemos la erosión que causamos
con nuestro obtuso fluir.
Nos lo han dicho los poetas:
nuestra vida es un río
que fluye sin remansos
hacia el mar de la muerte.
Así es, aunque alberguemos la esperanza
de que el Sol de la vida
transforme nuestra agua,
ya libre de sal y de herrumbre,
en una nube eterna.


(OTRA REALIDAD)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)


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