lunes, 27 de junio de 2016

NO PREGUNTES



Cuando la fiel llegada de la noche
es criterio constante del crepúsculo
no faltes a la estancia
donde se ofrece alivio
para la sed de lunas
y sosiego a los ritmos cotidianos.
Si mi mano no te toca al instante
quizá oculte el naufragio de la espera:
la ciegue un apagón momentáneo de ternura.
Sólo manos cansadas se adormecen
con el frío invisible del desprecio
si la distancia abraza nuestros cuerpos
y la piel ignorada en la memoria.
Pese a todo, confía y no preguntes.
Acoge ese silencio varado en un momento
baldío como razón de una carencia,
de un estío compartido, de una huida.


(El fuego del instinto. Ed. Vitruvio)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)


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