martes, 1 de marzo de 2016

SOL DE OCTUBRE



El manantial que somos, viento y verbo,
azul sonoro, cuerpo bajo niebla,
traspasa las palabras y se mueve.
Tú y yo, aguas que renacen de nuevo
humedecidas por la saliva del aire,
germinando pasión con cada paso,
huimos del otoño y su espesura.
El caudal del arroyo se desliza,
eligió tu camino, y heme aquí,
tatuado con el agua de tus carnes,
sol inscrito en tu rostro,
luz viajera en tus ojos peregrinos
que razona feliz este momento.
Tócame. Haz que fluya con dulzura
el murmullo de todos nuestros besos
en la geometría de los labios.
Observa la cuajada tierra roja,
observa el aturdido sol de octubre
-la semilla de trigo desgranado
en briznas de color-. También se buscan.
Todo cambia. Comienza nuevamente.
Todo es distinto cuando la verdad
toma partido sobre la raíz de tu océano.


(El fuego del instinto. Ed. Vitruvio.)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)

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