sábado, 19 de diciembre de 2015

LEVE RETÓRICA DEL DESEO II




Quiero dormirme siempre con palabras
nacidas del jardín de tu nobleza
y poder descansar con tus caricias.
Notar que tus pezones ruborizan
el gesto de miradas cadenciosas
y sentir la inmediata reclusión
de mi alma en el cuerpo deseado.
Tener los dedos siempre en movimiento,
rezumando sabor a frutas ácidas,
dibujando la elipse del vencido
sobre el centro desnudo y anhelante
de la tupida selva que me ofreces.
Amar y amar. Los muslos enlazados,
estableciendo cauces de lujuria,
siendo fiebre gozosa, serpentina
de fiesta entre dos cuerpos que son uno.
Junto a ti quiero ser infinitivo:
amar,amor, amar, tan sólo amar.


(El deseo o la luz. Ed. Universidad de Murcia)
Todos los derechos reservados.
Mariano Valverde Ruiz (c)
  

sábado, 12 de diciembre de 2015

EL CORAZÓN DEL TITANIC




EL CORAZÓN DEL TITANIC

Lo besó con toda su alma.
Nadie lo vio entre las gélidas aguas. Nadie lo percibió en medio de la oscuridad de la noche, los gritos de pánico y el silencio estremecedor de las estrellas. Nadie lo podía ver mientras luchaba por salvarse de una muerte segura. ¿Qué importaba algo tan pequeño cuando se iba a perder todo?
Aquel objeto minúsculo e intrascendente sólo tenía sentido para una persona, la que minutos antes le había entregado el calor de sus labios. Y ella ya no estaba flotando sobre el océano Atlántico, su tiempo se había detenido cuando en algún reloj de Terranova pasaban las tres de la madrugada del día quince de abril de 1912.
Nadie, por tanto, vio cómo el corazón de madera era llevado por las aguas hacia el olvido, nadie siguió su estela cuando se alejaba del lugar de la tragedia igual que una brizna impulsada por las olas, nadie supo que viajaba hacia la inmensidad del universo.
Bárbara lo había llevado entre sus manos hasta el instante en el que el mar se la tragó para siempre. Cuando se dio cuenta de lo que sucedía supo que ya no llegaría a su destino. Desde que recibió la noticia de que Nathan había fallecido en Nueva York durante un viaje de negocios, quiso llevar el símbolo de su amor para dejarlo en su tumba. El primer viaje del Titanic era su oportunidad y se embarcó en Southampton rota por la tristeza, pero con la esperanza de poder decir el último adiós a la persona con quien había compartido casi toda su vida.
Apenas tenía doce años cuando Nathan, que cumplía catorce ese día, le dio el primer beso. Ambos decidieron plantar un árbol en el jardín de la casa de los padres de Bárbara para recordar aquel momento. Igual que su amor, el árbol creció y años después, el día de su boda, Nathan le regaló un corazón que había tallado con un trozo de una rama de aquel árbol. Desde entonces lo había llevado siempre con ella.
Los últimos instantes fueron tan intensos como toda su vida. Recordó todas las adversidades que tuvieron que vencer juntos. También la felicidad que le regaló su experiencia junto a Nathan, y las razones que les hicieron comprender que cada día debían entregarse el uno al otro para ser algo más que ellos mismos. Sintió la intensidad del cariño que compartieron con los suyos. Y con la última imagen del corazón de madera en los ojos, se precipitó en la garganta gélida del Atlántico. Poco después sus manos perderían la fuerza con que sujetaban el emblema de su razón de ser.
Ahora, el minúsculo corazón navega por el océano como tributo a su amor. En su madera duerme el calor del beso con que Bárbara abrigará del frío eterno a Nathan, cuando le encuentre en algún lugar de las estrellas.

RELATOS BREVES
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz ©
              




miércoles, 9 de diciembre de 2015

REPOBLACIÓN FORESTAL Y EDUCACIÓN





REPOBLACIÓN FORESTAL Y EDUCACIÓN

El cuidado de la naturaleza y del medio ambiente es obligación de todos. Y mucho más ahora, cuando la acción del hombre está provocando efectos negativos en el cambio climático. Hemos de dar ejemplo en la familia, en la sociedad y en la escuela. Sólo un cambio de mentalidad hará posible que los comportamientos en relación con el entorno incidan en la conservación del único hogar que tenemos: la Tierra.
El pasado 1 de diciembre, 100 alumnos de cuarto y quinto de primaria del colegio público San Cristóbal de Lorca, han plantado otros tantos árboles de pino carrasco y acebuche en la sierra de nuestra comarca. Los niños han conocido las características de estos árboles, su labor como productores de oxígeno, su acción preventiva contra las riadas y contra la desertización. Cada uno de los árboles ha sido bautizado con el nombre de quien lo ha plantado. Y cada niño podrá seguir su crecimiento por internet o visitarlo con su familia para regarlo y cuidarlo.
La actividad se ha desarrollado en una finca (los Alagüeces) de dominio público dentro del proyecto “El bosque de tu colegio”. Después se ha realizado una excursión por la sierra hasta la senda del Cortijo del Madroño, donde crece un pino carrasco de más de 400 años. A lo largo del día, los niños han comprendido que los árboles contribuyen a la mejora de la biodiversidad, que absorben CO2, necesario para luchar contra el cambio climático y la contaminación, y que todos debemos contribuir al cuidado de nuestro entorno.
La educación es el camino para logar un planeta más habitable. Hay que agradecer a las instituciones y a los maestros su implicación en esta tarea, que aunque no esté generalizada, irá concienciando a los más jóvenes para que con el tiempo se avance en la dirección correcta. Y ése es un camino insoslayable, una senda que se ha de caminar sembrando árboles a cada paso, para que después su sombra cobije las alegrías y las esperanzas de cada uno de nosotros, de nuestros hijos, y de las generaciones de nuestros nietos. Hemos de sembrar las raíces del futuro. Yo ya tengo mi árbol y se llama educación.

ARTÍCULOS DE OPINIÓN
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz ©
      
    


domingo, 6 de diciembre de 2015

LEVE RETÓRICA DEL DESEO I




Tú, toda la belleza, dando nombre
a selva, mar y cielo, completando
la magia y el misterio de la vida.
Tú, toda tú, tendida sobre el lecho,
desnuda y ya colmada por la luz
del tiempo universal que nos observa.
Aquí, en tu piel, anida el vendaval
de las pasiones, cada luminaria
del éxtasis y todos los colores
que definen la curva del placer.
Aquí quiero vivir, en las riberas
volcánicas de tus senos perfectos,
buscando siempre el trébol de tu abdomen
como un rito ancestral y poderoso.
Junto a ti quiero ser infinitivo:
amar, amor, amar, tan sólo amar.


(El deseo o la luz. Ed. Universidad de Murcia)
Todos los derechos reservados.
Mariano Valverde Ruiz (c)


JUGUETES, LITERATURA Y SOLIDARIDAD






JUGUETES, LITERATURA Y SOLIDARIDAD

La infancia está necesariamente asociada a la experimentación y a los juguetes. Durante esta etapa de la vida son imprescindibles los juegos y para ello son necesarios los juguetes. Todos los niños tienen derecho a jugar, a poder desarrollar su capacidad de imaginación y a divertirse con el mundo de fantasía que crean en la interacción con los juguetes.
Podríamos considerar el juego como una actividad lúdica, pero produce un beneficio necesario para el desarrollo adecuado de la psicología del individuo, algo que después tendrá su lado más positivo en la estabilidad emocional, en la relación social y sobre todo, en el desarrollo de las capacidades afectivas.
Los escritores somos conscientes de que los niños necesitan jugar. También sabemos que no todos tienen la posibilidad de hacerlo porque la economía de sus padres, o su situación personal, se lo impide. Por eso, los escritores de Lorca han puesto en marcha una iniciativa novedosa para recoger juguetes y entregarlos a Cruz Roja para que esta entidad los distribuya entre los más necesitados.
El procedimiento es sencillo. Se ha creado una gran cesta de libros con las obras de los autores lorquinos de la generación L21. Para obtener dicha cesta hay que aportar un juguete que no sea ni bélico ni sexista y entregarlo en la cafetería Stevia, donde se asigna un número del 0 al 99. El poseedor del número que coincida con la terminación del premio de Navidad del día 22 de diciembre, recibirá la cesta en una gala cultural que se celebrará el día 23 en dicho local y para la que se exigirá como entrada otro juguete.
Todo esto no habría sido posible sin la colaboración desinteresada de cada uno de los escritores. La lista es larga, y aunque a mí no me corresponda, quiero agradecer a todos y cada uno, su solidaridad con esta maravillosa causa, que es colaborar con nuestras palabras para que ningún niño se quede sin juguetes. La ilusión y la sonrisa de un niño, no tiene precio. Y tampoco los buenos corazones.

ARTÍCULOS DE OPINIÓN
Todos los derechos reservados.
Mariano Valverde Ruiz ©   

  

miércoles, 2 de diciembre de 2015

PACO RABAL Y ESPARTARIA








PACO RABAL Y ESPARTARIA

La poesía es capaz de unir compañeros de viaje en su efímero caminar hacia el universo de las palabras y las emociones. Así ocurrió una noche espléndida en el recinto de Santa Quiteria de la ciudad de Lorca, en las proximidades del siglo XXI. Hoy queda una fotografía de aquel acto y el recuerdo de cuantos estuvimos allí, homenajeando a Paco Rabal, el gran hombre de la escena española cuya triste desaparición nos encogería el alma meses después.
Espartaria agrupaba a un grupo de enamorados de la poesía que aun siendo de diversas procedencias, habían constituido un grupo que estaba llevando a cabo una intensa labor en pro de la cultura, la expresión poética y la difusión de la palabra escrita. Paco Rabal aceptó realizar un recital conjunto más que un homenaje, así era de humilde, y puso una vez más sus valores sobre los hilos imperceptibles de una voz inconfundible, que era capaz de impresionar al aire, y de anudar a la emoción en las gargantas de los que le escuchamos.
Paco nos dejó aquella velada en cada poema al hombre vitalista, apasionado, coherente y fiel a sus orígenes. Su voz quebrada, grave y elocuente, viajó por las palabras de los grandes de la poesía española y también por sus propios poemas. Nos fue acercando las yagas y las alegrías de la vida en cada tono, en cada verso, en cada silencio… Los que recitamos con él sentimos cómo su presencia elevaba el pulso de nuestros poemas. Y dejamos que el misterio del logos decorase los corazones de los cientos de asistentes al acto.
El abanico de las formas de expresión poética es muy amplio. Dentro de esa amplitud se encontraban los poetas del grupo Espartaria y también Paco Rabal. Todos buscábamos el lirismo y la belleza de la expresión, pero cada uno añadía su toque personal y diferenciado, incluso, en algunos casos, acorde con el compromiso y la picaresca popular. Aquella noche se produjo un maridaje perfecto entre distintos elementos de la creación poética, que dio como resultado un recital único, un acto en el que el Aguileño Universal fue poeta por encima de actor, vate popular antes que grande del teatro y del cine. Paco Rabal, genio y figura, pero siempre hombre cercano, claro y directo.
En la fotografía de los participantes destaca su imagen, la humana naturaleza de Paco, junto a quien escribe esta página, y a Pedro J. Martínez, Pedro Felipe S. Granados, Jesús Cánovas, Antonio Soto, Isabel García Amador, Juan Ramón Barat, Joaquín Mateos, María José de Llanos y María Jesús Caro. Y tal vez también esté el estigma del tiempo, esa triste sensación de que todo pasa y nada queda…

Mariano Valverde Ruiz ©
Todos los derechos reservados