jueves, 23 de abril de 2015

CONEXIÓN




Recuerdo cuando tú llamabas desde lejos
y llegaba hasta mí
el aroma de la hierba humedecida
por la música densa de tu voz.
Con la ilusión de un niño
recorría el espacio que nos desconectaba.
Procuraba acercarme
a pesar de saber lo diferentes 
que eran nuestras visiones del momento.
Confiaba en que algún día
pudieses recorrer la mitad del camino
para encontrarnos cerca del mismo auricular.
Después del ominoso tiempo a solas,
eras nueva esperanza
para poder llenar el vacío profundo
que había en el panel de mis sentidos.
Ahora hablamos por el mismo cable
y quererte es buscar
entre tu agua el destino de la vida.



(El fuego del instinto. Ed. Vitruvio)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)   

lunes, 20 de abril de 2015

QUIZÁ PIENSES



Quizá pienses que debo
desalojar mis labios 
de las aristas dulces de tu pubis;
quizá lo desees para que descubra
cómo tiembla tu sexo. Ya conoces 
la fuerza del deseo y su destreza
para crear con vello endecasílabos.
También sabes que quien ordena el circo
de tus pasiones es mi caprichoso
sentido del desorden.
Deja pues que el silencio distorsione
los suspiros, no pienses nada más
y comparte tus labios con el poema.


(El deseo o la luz. Ed. Universidad de Murcia)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c)

domingo, 12 de abril de 2015

DETRÁS DE LA MÁSCARA



DETRÁS DE LA MÁSCARA


Escribes en la página que somos
la cara de la sombra
y la luz de los rasgos que otros ven.
Todos los seres que hay en tu interior
compiten por abrirse caminos en la vida
más allá de las voces del crepúsculo.
E interpretas sus pasos, los anhelos perdidos,
lo que no ha sido nunca
debajo de la máscara
con que cubres derrotas y proyectos.
Encuentras los viajeros que están en tus bodegas,
ocultos tras los rostros de quienes creíste ser,
como espejos difusos, detrás de las palabras
con que vistes y ofreces tu memoria.
Te consumen los miedos al dolor,
al escarnio, a la imagen desgarrada
de tu propia inocencia. Te proteges
con máscaras diversas para no sucumbir
a la contemplación de todas las afrentas
que los sueños infringen a la realidad.
Y sobre cada máscara ciñes un antifaz
que cambias por palabras recurrentes,
jirones de silencio o nubes bajo el sol.
Pagarás con tu sangre la osadía
de esconder un absurdo aprendiz de sí mismo
tras un disfraz que oculta
otro disfraz de miles de disfraces.



Mariano Valverde Ruiz ©
(La intimidad del pardillo)
Todos los derechos reservados