viernes, 24 de julio de 2015

QUÍMICA



Aunque a veces descubro entre mis pasos
el límite concreto del deseo
y la debilidad de la palabra,
creo en la efervescencia de la química
que nos convoca.
Cuando llegas a casa
circula un aire suave
por las esquinas menos conocidas
de nuestra arquitectura.
La emoción olvidada vuelve a ser
la esencia del furor que sobrevive
a la cizalla negra de la muerte.
El rumor del cariño inunda nuestros ojos.
El futuro es presente inaprensible
y los cuerpos se acercan con sigilo
a la profunda tierra
donde serán olvido las ausencias.


(El fuego del instinto. Ed. Vitruvio.)
Todos los derechos reservados
Mariano Valverde Ruiz (c) 

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